¿Qué es exactamente una labioplastia vaginal?

Se trata de una intervención quirúrgica que consiste en el ‘rejuvenecimiento’ de los labios genitales. Es decir, la idea es mejorar el tono y firmeza de la zona con el fin de mejorar la salud y la sexualidad. La alteración, que puede requerir el aumento o reducción de los labios genitales, se corrige con una intervención que no requiere hospitalización, aunque sí ciertos cuidados durante el postoperatorio.

¿En qué consiste exactamente?

El objetivo es corregir la alteración de la longitud, volumen, simetría o forma de los labios vaginales y puede consistir en el aumento de los labios mayores o reducción de los labios menores, siendo esta última la más común.

La pérdida de tono vaginal puede venir causada por diversos factores: edad, partos, genética e incluso por un piercing genital. La intervención, que se realiza con anestesia local y no requiere hospitalización, consiste en devolver los genitales a su tamaño original o, en el caso del aumento, inyectar grasa de la propia paciente para aumentar su tamaño y mejorar su aspecto.

Duración y postoperatorio

Es una práctica ambulatoria, es decir, no requiere hospitalización y se realiza con anestesia local. Aproximadamente en una hora, la paciente podrá marcharse a casa, pero se recomienda un reposo de 24 o 48 horas. Los especialistas recomiendan que, durante los primeros días, tras la ducha se dedique especial atención en el secado de la zona para evitar infecciones. Además, durante las primeras cuatro semanas, conviene utilizar ropa interior de algodón, evitar las prendas muy ajustadas, el uso de tampones, pasar demasiado tiempo sentada y las relaciones sexuales.

¿Cómo mejora la vida tras una labioplastia?

Las mujeres que se han sometido a una labioplastia recomiendan esta intervención por múltiples motivos, no sólo por una cuestión estética, aunque esta también sea importante. Entre las razones de más peso están las siguientes:

  • Mejora las vida sexual: ya que la hipertrofia vaginal suele ocasionar relaciones sexuales dolorosas.
  • Aumenta la autoestima de la paciente: en muchos casos, la apariencia de la vagina puede provocar complejo e inseguridad ante la pareja.
  • Facilita la higiene: especialmente durante la menstruación
  • Elimina los problemas estéticos y de irritación al usar ropa ajustada o cuando se practica deporte.
  • En ningún caso afecta al funcionamiento de los órganos sexuales femeninos ni a futuros embarazos.

¿Quién puede someterse a esta intervención?

Puede ser paciente cualquier mujer con hipertrofia o asimetría vaginal de edad superior a 20 años (no se recomienda en mujeres de menor edad porque los labios pueden seguir desarrollándose tras la pubertad hasta la edad adulta). No obstante, está contraindicada si la mujer está embarazada o en el periodo de lactancia y si sufre problemas cutáneos o de infecciones en la zona vaginal. Por otra parte, existen ciertas patologías que requieren la consulta al cirujano antes de la intervención como las enfermedades cardiovasculares, las autoinmunes o las que causan problemas de cicatrización o de coagulación.